Con motivo del 30 aniversario de la reforma constitucional que, entre otros aspectos, incorporó los derechos de los pueblos indígenas, la Municipalidad de Trevelin organizó una charla informativa con abogadas especialistas y miembros de la Comunidad Mapuche Tehuelche Nahuelpan. El evento contó con la participación de Silvina Ramírez, abogada especialista en derechos indígenas; Mariela Llanquinao, abogada, mapuche integrante de la Organización Kume Rakizuam Compuche (obteniendo buenos conocimientos); Gabriel Nahuelquir, werken (vocero) de la Comunidad Nahuelpan y miembro del Consejo Provincial Indígena (CPI); y Luisa Suárez, integrante de la Comunidad Nahuelpan.
Reproducimos las palabras de Luisa:
“A 30 años de la incorporación de los derechos indígenas en la República Argentina, casualmente mi edad, se podría decir que al ser y pertenecer al Pueblo Mapuche Tehuelche nací con derechos. Lamento comentarles que es todo lo contrario.
Navegando por internet me encuentro con el portal oficial de la nación argentina, donde el año pasado conmemorando esta fecha, decía lo siguiente: ‘La declaración de los derechos de los pueblos indígenas establece derechos fundamentales, incluyendo El derecho a la autodeterminación, la preservación de la cultura, el idioma, las tradiciones y el territorio, la participación en las decisiones que les afectan y la no discriminación, entre otros.’
A lo cual me lleva a pensar: ¿Cómo se ejercen dichos derechos en el día a día? ¿Cómo se llevan adelante los procesos judiciales que involucran a personas y comunidades pertenecientes a Pueblos Originarios?
Por un lado tenemos el derecho de volver a las tierras que ancestralmente eran ocupadas por nuestros antepasados, siempre y cuando no estén en manos de terratenientes extranjeros que ni siquiera viven aquí. Tenemos derecho a la salud tradicional, siempre y cuando cumplan con las reglas de los planes de salud nacional. Tenemos derecho de utilizar nuestro idioma ancestral, pero solo en algunos casos y si las demás personas tienen ganas de escucharlo, sino debemos hablar en el idioma nacional.
Estos son solo pequeños ejemplos que me llevan a preguntar y espero que ustedes también se pregunten: ¿Cómo podemos hablar de derechos, si pu machi no son reconocidas para poder trabajar en sus rewes, con sus lawen y sanarnos de la manera ancestral?
Si pu lamngen son desalojados de manera violenta por volver a sus territorios ancestrales. Si cada vez que se reivindica un territorio somos hostigados, perseguidos, encerrados. Esto en los mejores de los casos, porque en otros somos ejecutados por la espalda. Asesinados por un Estado que no nos quiere reconocer. Silenciados por una sociedad dormida, llena de racismo y odio a la diversidad cultural.
No podemos hablar de derechos si pu pichikiche (infancias) no pueden crecer libres en sus territorios. Los derechos no ejercidos son simples palabras escritas. No podemos hablar de derechos si no se respeta en su totalidad la identidad de los pueblos originarios.
Todo lo anterior, es algo que me vengo preguntando hace bastante tiempo. Yo tengo 30 años y 15 años luchando con la comunidad luchando para que se respeten los derechos de los pueblos originarios pertenecientes al Pueblo Mapuche Tehuelche. Y qué logramos?
Más allá de que lo está escrito y de que nosotros también estudiemos nuestros derechos, falta mucho. Pero porque falta? Porque prevalece un pensamiento racista, porque cada vez que se nos judicializa es porque pesan más otros derechos, desestimando los derechos indígenas.
No es tan cierto que nosotros tenemos derechos, Porque si tuviéramos derechos reales, hoy por hoy no estaríamos amenazados constantemente de ser nuevamente despojados, como está pasando en muchísimas comunidades cerca nuestro.
Salió en Cadena Nacional que Lof Pailako en el P.N Los Alerces Chubut, se va a despojar. ¿Y cómo son los despojos a los pueblos originarios? Lo mismo de siempre…Primero el discurso de odio racista. Después, instalar un enemigo interno para qué? para que la sociedad aplauda cuando se ejecute se ejecute un desalojo violento una comunidad donde no solo viven personas adultas, hay infancias también. Entonces, no podemos hablar de derechos reales si seguimos de esta manera. Por eso, para mi es muy importante que nos podamos escuchar y que sepamos que claramente sí falta mucho.
De mi parte, no puedo aplaudir al Estado por escribir derechos en una Constitución si estos no se respetan y a su vez, nos condenan cuando salimos a luchar para que esos derechos se cumplan. Como les pasa a mis lamien, que por reivindicar el territorio, que es un derecho, son acusados de usurpación. Y así, vamos constantemente pasando de generación en generación, sin tener un territorio, sin poder crecer libres, y sin poder ser nosotros, con nuestra identidad.
A partir de estas palabras quiero decirle a todos, que ojalá realmente comencemos a ejercer nuestros derechos. El derecho a vivir sin contaminación, a tener agua potable, a tener un hogar para vivir libres en nuestros territorios. Pero, insisto, no podemos sólo hablar de derechos si en la actualidad se sigue despojando a nuestra gente de los territorios.”
