Nosotros los indios
San Salvador de Jujuy, 12-04-2023
Escribe Tomás Pacci
Después de muchos intentos nos sentamos nuevamente a la máquina, en la intención de trasmitirles, la experiencia de muchos años, y muchas generaciones de vida indígena, con la intención de refrescarnos la memoria y podamos juntos rememorar nuestro pasado ese pasado desconocido y perseguido, por quienes nos quitaron la vida estos últimos 500 años, y nos persiguen en la intención de esclavizarnos o exterminarnos definitivamente.
Vamos a intentar darle alguna coherencia a este cumulo de recuerdos de esta vida y de otras, que bullen en nuestros cuerpos, como señal clara que nuestros ancestros que habitan en nosotros, nos indican a cada momento que saquemos las palabras, para trasmitirles, cosas que Uds., hermanos saben, pero ante tanta persecución y muerte, intentamos sepultar en lo más recóndito de nuestros cuerpos. –
En este trabajo, vamos a alternar con párrafos, cuentos, narraciones, anécdotas de modo que Uds., puedan identificar los momentos y los escenarios, y asimilarlos para que podamos reconstruir en el recuerdo toda la pasada gloria de este nuestro pueblo, y que fue perseguido en estos últimos siglos, hasta casi su exterminio. –
Pero… así como la peleamos por siglos para mantener la vida, en el Planeta Tierra, nosotros sobrevivimos para dar testimonio, de lo sucedido. Para que salga a la luz, la violencia asesina de la civilización occidental y capitalista. –
Todos los indicios que envía la madre tierra, nos cuenta que se avecina otra etapa de la vida, no sabemos si esa transición será prolongada o simplemente un día de estos amanecemos en otra dimensión, desde donde vamos a observar que paso en este nuestro planeta, que tanto cuidamos e intentamos prolongar su existencia a pesar de los pesares.
O quizás nos toque trasmitir la experiencia que sufrimos, para que el cosmos destierre definitivamente esas culturas aciagas, que convierten a la bendición de la vida, en un calvario inacabable.
Emprendemos esta tarea consciente de que es una labor insalubre y que requiere mucha dedicación, pero nos sentimos bien, e íntegros y cada vez que vemos un grupo de hermanos recorriendo las calles de los diversos pueblos y ciudades que habitan, miramos videos en la redes sociales, donde tratan a nuestros hermanos de ignorantes, algunos hombre y mujeres, que si tienen idea de lo que están diciendo, son lo que vomito la naturaleza para purificarse y si no saben lo que dicen, pobre gente, ni siquiera saben lo que viven.-
De todos modos, estos ejemplares occidentales o descendientes de aquellos asesinos que nos chocaron hace mas de 500 años, tienen que enterarse que, por esos episodios, que ni los dioses calculan, de golpe estuvieron ante la luz, y se enceguecieron y en vez de aprender de ella, a lo único que atinaron es a destruirla por el miedo atroz que les provoca lo desconocido en sus cuerpos trasminados por la violencia y la muerte que siempre los rodeo. Y les rodea. –
Como sería la saña de estos hombres que en menos del primer siglo de convivencia ya nos habían asesinado a más de 100 millones de hermanos y antes de los 100 años, de permanencia en Abya Yala, solo quedábamos en el mundo de la vida 10 millones de habitantes de los denominados indios, y se vieron obligados a trasladar gente de África, para que trabajen, porque ellos nunca lo hicieron, aun hoy.
Vamos a referenciarnos, en la cronología vigente, que también es nuestra, el calendario mas exacto fue indígena, conocidos como Calendario Maya, Calendario Andino-Amazónico y del Chaco Gualamba, hace unos años se ha confeccionado el denominado calendario gregoriano, que utilizaremos en este trabajo, para que no estemos a cada momento haciendo cálculos de que época estamos hablando, y para ubicarnos en tiempo y el espacio, utilizando las fechas mas conocidas de esa cultura después de siglos de persecución y sufrimiento, hemos dejado de usar nuestros indicadores, inclusive los desaparecieron, porque en su supina ignorancia, creían que como eran diferentes a los que ellos manejaban, alegaban que los nuestros eran del diablo (referente creado por la mentalidad asesina de occidente) que nunca existió en Abya Yala. –
Toda afirmación que realicemos y que no tenga la indicación del autor es de mi autoría, y podemos deducir, que es producto de nuestra mentalidad indígena, o la interpretación de algún documento existente, en los márgenes de la cultura occidental. –
Esto es un intento de darnos una historia, una historia, que responda a nuestra realidad, nunca fuimos violentos ni hemos dedicado a nuestros dioses miles de nuestros hijos, como ofrenda. Eso queda en la mente afiebrada de occidente, que sin poder ocultar su bestialidad, atacaron a nuestros hijos matándolos de ese modo, aun hoy. Vamos corriendo el velo de ese grado de violencia, con los hechos descubiertos en los templos de Canadá en 2022.- (fueron encontrados 6 mil cuerpos de niños muertos con violencia en esos internados, especialmente de la iglesia católica.)
Pero ese no fue el único descubrimiento, ni la presencia de miles de cuerpos abarrotados en los pasillos de los conventos de toda Abya Yala, que al encontrarlos lo atribuían a supuestos sacrificios humanos que realizábamos nosotros, en busca de la aprobación de nuestros, dioses, nunca fue así, nosotros no matamos ni a las moscas, antes de la invasión, los invasores, traían en sus saberes el manipular los restos de los muertos, que para nosotros son sagrados y jamás realizamos profanaciones de esa naturaleza.
En estos últimos años, han salido a luz varias experiencias de grupos, comunidades y pueblos indígenas, que han conseguido planificar su vuelta a las fuentes, y de ese modo han conseguido en principio, recuperar territorio, luego construir una forma de autogestión o libre determinación, que paulatinamente occidente va aceptando la posibilidad de que las culturas indígenas, vuelvan a reactivarse con el agregado de lo conseguido en el mundo occidental, en algunos casos. Otros directamente han optado por volver a sus costumbres y reiniciar nuestra cultura.
Foto: Carolina Heritier
Vamos a hablar de muchas de nuestras cosas, pero seguramente será una especie de inicio, para que cientos de nuestros hijos se animen a dar a conocer sus palabras y nos iluminen con sus sabidurías. –
Nosotros los conocidos como indios, así en general, somos en realidad, cientos de pueblos, que habitamos todo el planeta como decía anteriormente, y esos pueblos tuvieron todos sus particularidades, tanto que prácticamente cada pueblo tenía hasta su propio idioma. En Jujuy, que se reconocieron 8 pueblos, oficialmente, pero estamos en pleno proceso de rememoración y en los recuerdos van surgiendo indicios de que se hablaron: el kakan, el diaguita, el quechua, el aymara, el kunza, el guaraní y el toba.-
Pongamos en claro, que el quechua se expandió casi por todo el Tawantinsuyu, especialmente por zona andina, y el guaraní en la ceja pre amazónica, por la intermediación de la iglesia católica, que adopto como idiomas oficiales de la iglesia para difundir su ideología, y la mayoría de sus componentes estudiaban esos idiomas y se comunicaban como una gran concesión con los pueblos originarios, quienes estaban obligados primero a aprender el quechua o el guaraní, si no lo tenían como idioma materno, y luego tendrían que aprender castellano, también obligatoriamente, para poder participar de los ritos de esa iglesia que era obligatorio, ningún indio estaba eximido de esa eventualidad, so pena de ser acusados de brujos, o endiablados y terminar en la hoguera o el cadalso, indefectiblemente.
No tuvimos escuelas, que es donde se trasmite la cultura occidental. Antes de la invasión, en el mundo indígena la trasmisión de los conocimientos eran parte de la vida misma, aun cuando muchos hermanos fueron secuestrados y alojados en sendos conventos, donde eran objeto de un proceso de adoctrinamiento, que conocemos como lavado de cerebro, la mayoría pudimos superar esa etapa de intervención en nuestras mentes y nuestras vidas, y aun cuando, fuimos adoctrinados en los cánones de la Iglesia Católica, primo el ser indígena y desde los mas recónditos espacios de producción de conocimiento, no tardamos estar fuera de la vigilancia de los agentes colonizantes, volvemos a aflorar en nuestro propio acervo cultural.-
Hasta la primera mitad del siglo XX, la escuela era un lugar prohibido para los pueblos originarios, gracias a la lucha de los mismos pueblos, se fue extendiendo lentamente en las comunidades.
“Los niños indígenas no son educados, son guiados. No aprenden a ser ganadores, porque para que unos ganen, otros deben perder”.
Foto: Carolina Heritier
Aprende a compartir donde vives y lo que tienes que comer. Tienes un ejemplo de vida donde el individuo cuenta menos que el colectivo. Esa es nuestra sociedad indígena. Un legado que pasa de generación en generación. Lo que nuestros hijos aprenden temprano es por el cuerpo, al ritmo de la Tierra. No precisamos maestros ni guías, somos nosotros, los hijos de la Madre Tierra, de Pachamama, que cuidamos que la vida permanezca en el cosmos.