RESISTIENDO A LOS PARQUES NACIONALES Y AL MODELO NEOCOLONIAL DE LA CONSERVACIÓN VERDE

El pasado 7 de noviembre de 2023 en las instalaciones de la Universidad Nacional de Chilecito y en el marco del “XIX Congreso Internacional sobre integración regional, fronteras y globalización en el continente americano” se llevó a cabo el Conversatorio denominado “RESISTIENDO A LOS PARQUES NACIONALES Y AL MODELO NEOCOLONIAL DE LA CONSERVACIÓN VERDE”. En el mismo participaron Pueblos Indígenas y organizaciones sociales del Noroeste argentino y Región Cuyo, como la Asamblea Chilecito por la Vida, las Defensoras del agua del Famatina de la Provincia de La Rioja, Vecinas de Uspallata de la Provincia de Mendoza y autoridades indígenas de la talla de Marcos Pastrana de Unión Diaguita, Comunidad Tafí del Valle de la Provincia de Tucumán. El conversatorio estuvo coordinado por Carina Jofré, activista warpe e Investigadora Adjunta del CONICET, y María Pía Silva, activista y comunicadora social, integrante de la Asamblea Chilecito por la Vida y las Defensoras del agua del Famatina de la Provincia de La Rioja.

El Conversatorio estuvo centralmente orientado a compartir experiencias y difundir las narrativas de resistencia que se despliegan en los territorios contra el modelo de conservación neocolonial conocido como “rewilding” y que prolifera en el Noroeste argentino en los últimos seis años.

Nacida de forma verticalista de la mano de ONGs filantrópicas conservacionistas (Conservation Lands Trust, Flora y Fauna, Rewilding Argentina, Rainforest Trust, Rewild, Fundación Wyys, Natura Internacional y su subsidiaria en Argentina Fundación Natura y socias locales), la mayoría con origen de fondos millonarios con sede en Washington (Estados Unidos), la nueva política de multiplicación de áreas protegidas en Argentina fue ensayada en Corrientes ya desde los años 90 del siglo XX, dando como resultado la creación del Parque Nacional Iberá. Este modelo luego se desembarcó en provincias de la Patagonia dando forma al Parque Nacional Patagonia, donde pretendió expandirse en un proyecto binacional con Chile. También avanzó hacia Tierra del Fuego apropiándose de proyectos locales para la creación de reservas marinas en la Península Mitre. A partir de 2017 este modelo de creación compulsiva de áreas protegidas (en figuras de Parques Nacionales y reservas) comenzó a reproducirse en otras provincias del centro, norte y oeste de la Argentina (La Rioja, Tucumán, Catamarca, Córdoba, Santiago del Estero, Mendoza y Salta).

La creación de estos nuevos Parques Nacionales, la figura de máxima protección en la conservación ambiental de este país, generó conflictividades sociales en el NOA, al desconocer procesos de Consulta Libre Previa e Informada (Convenio 169 de la OIT) para Pueblos Indígenas en la imposición del Parque Nacional Aconquija, donde fueron colonizando y apropiándose de enormes extensiones de territorios con biodiversidad estratégica dentro de la geopolítica mundial. Como se ha observado en Corrientes y en Patagonia, este modelo de la conservación desarticula economías locales, imponiendo visiones conservacionistas cuestionadas por las propias investigaciones científicas en nuestro país. Una característica propia del modelo de conservación rewilding es que interviene espacios de decisión, gestión, pensamiento e investigación en Legislaturas, Municipios, Secretarías y Ministerios, Universidades, Centros de Investigación, carreras de formación en temas ambientales y turísticas, promoviendo también formas de trabajo precarizado con un modelo de voluntariado. 

Estas ONGs que comparten la filosofía rewilding para la creación de áreas protegidas en todo el planeta, tomaron nuevo protagonismo durante la pandemia de Covid-19, tras participar de las asambleas mundiales por el Cambio Climático. En septiembre de 2021, nueve fundaciones filantrópicas internacionales creadas por las corporaciones de empresarios más influyentes del globo (entre estas las ONGs internacionales antes mencionadas) se comprometieron en lo que denominaron el «Desafío Protegiendo Nuestro Planeta». El objetivo propuesto es convertir el 30 por ciento del planeta, entre tierras y océanos, en áreas protegidas para el 2030. Lo que este modelo encubre son las prácticas neocoloniales a partir de las cuales se espera revertir 500 años (desde la llegada española al continente) de impactos en la biodiversidad en el continente americano según dicta el modelo teórico del “rewilding”.

Este modelo de la conservación que impuso la creación de parques nacionales y reservas en Corrientes, Patagonia y Tierra del Fuego, y ahora se multiplica en las provincias de Tucumán, Catamarca, La Rioja, Córdoba, Mendoza, Salta y Santiago del Estero, encuentra resistencias que a partir de experiencias de lucha compartidas empiezan a crear redes de solidaridad entre investigadores, Pueblos Indígenas y organizaciones sociales entre otros actores locales. 

Principales reflexiones y conclusiones del conversatorio

Durante las diferentes presentaciones se ha señalado enfáticamente, que para enfrentar este nuevo frente de conflictos por la apropiación de nuestros territorios de vida es necesario “superar antagonismos entre pro- y anti parques”(…) “No estamos en contra de la Administración de Parques Nacionales, denunciamos el accionar inconsulto de estas instituciones del Estado Nacional para crear convenios y pactos para los cuales no tienen ninguna competencia en el marco del derecho indígena internacional vigente en Argentina”, señaló el sabio y autoridad diaguita Marcos Pastrana.

Hacemos un llamado a reconocer el impacto de las áreas protegidas en la modificación de nuestras costumbres, modos de vivir y estar en este planeta. Marcos Pastrana enfatizó: “Estamos a favor de la vida”. Nos preguntamos junto con él “¿Qué significa un área protegida? La biodiversidad, la visión cósmica está ligada al concepto de integralidad” y esto no puede ser definido por ONG’s con intereses espúreos (…) Por eso es necesario volver a los conceptos básicos de la concepción integral de la biodiversidad y del territorio”. Conceptos fundamentales para comprender en profundidad los enormes impactos de estas nuevas delimitaciones de parques nacionales, los cuales afectan nuestros modos de vida y la interrelación con animales, plantas, seres no humanos en general.  

La creación del Parque Nacional Aconquija afecta directamente a comunidades indígenas pertenecientes a la Nación Diaguita, quienes denunciaron y rechazaron esta creación del área protegida en audiencia pública en 2018 frente a autoridades de APN (Administración de Parques Nacionales) y el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas). No obstante, los acuerdos para llevar a cabo la planificación del parque siguen penetrando en nuestros territorios, ahora prometiendo financiamientos del Banco Mundial para este proyecto inconsulto del Parque Nacional Aconquija. Fondos que rechazaron enfáticamente las autoridades de las comunidades diaguitas afectadas.

Hacemos un llamado a problematizar la oferta turística en nuestros territorios. En lugares como Tafí del Valle, el turismo ha producido una exacerbación de la especulación inmobiliaria encareciendo el costo de vida en nuestros propios territorios a expensas de la “promesa de visitantes extranjeros”. El turismo que proponen estas ONGs internacionales en los Parques Nacionales es un turismo internacional cuyos alcances no alcanzamos a dimensionar. 

Como lo están denunciando también las investigaciones realizadas en provincias de la Patagonia y expuestas en el Conversatorio Las áreas protegidas en el marco de la crisis ambiental actual y el colonialismo verde. ¿Aliadas a la acumulación o resistencia al capital? -también realizado en el marco del “XIX Congreso Internacional sobre integración regional, fronteras y globalización en el continente americano”- con este modelo de la conservación se ve perjudicado el Estado argentino, perdiendo su soberanía sobre territorios estratégicos para la administración y control de bienes comunes vitales como son el agua, minerales, biodiversidad, datos genéticos, administración de fronteras, etc. Este debate e investigación de los alcances de estos proyectos de la conservación impulsados por ONGs internacionales debe tomar estado público no solo en las universidades, también debe hacerlo en los espacios de decisión política, parlamentaria y administrativa del Estado.

Es hora de impulsar alianzas para la vida, cuestionando los pactos de las grandes empresas propiedad de millonarios (cuyas caras son estas ONG’s) con el Estado. Necesitamos nuevas lecturas sobre el mundo que viene, y empezar a pensar seriamente estrategias políticas para devolver los pueblos a sus territorios y los territorios a sus pueblos. “Es hora de sacrificar a las empresas para que vivan los pueblos” declaró Marcos Pastrana. 

Estos nuevos proyectos de parques nacionales no nacieron de las comunidades sociales ni del sector científico académico argentino, son proyectos ya diseñados con mucha antelación desde finales de los años 90 del siglo XX.  Por eso también las resistencias sociales se multiplican en los territorios. 

Como lo han manifestado en este conversatorio, las defensoras y activistas sociales de Uspallata, Chilecito y Famatina, las estrategias de  ONGs como Natura y Fundación Wiss en el Noroeste argentino y en Cuyo, son la penetración y fractura de los espacios sociales de resistencia constituidos por las asambleas socioambientales que, desde 2003 son un motor de las luchas para la defensa de los territorios asediados por los proyectos extractivos de minería a gran escala y explotación de hidrocarburos, construcción de infraestructura, etc. Buscan tener licencia social recreando narrativas de éxito que se propagan en medios de comunicación bajo su control. La lucha es muy desigual, porque se trata de ONG’s millonarias con una fortísima capacidad de lobby político e institucional. Una característica de estas narrativas de éxito para impulsar estos parques nacionales y reservas es que crean una ilusión de “desprotección de los territorios” donde estos proyectos aparecen como un “proyecto de salvación proteccionista”. 

Como lo han manifestado defensoras como Jenny Luján, “la defensa del cerro Famatina, tiene más de 18 años y se remonta a siglos de resistencia diaguita calchaquí”. Las autoridades de Parques Nacionales nunca pudieron presentar claramente y por escrito cuál es el Proyecto de creación del Parque Nacional Famatina, cuyo objetivo es cuidar el cerro a perpetuidad. Nos preguntamos “¿A quiénes beneficiaría el PN, para qué y para quienes?  Nuestros territorios fueron cuidados por nuestras comunidades y por los más de 30 mil compañeros desaparecidos y desaparecidas”. 

Estamos convencidas y convencidos que es necesario informarnos, estimular redes con pueblos y comunidades, investigadores/as para desmantelar el relato de la conservación verde del “modelo rewilding”. Instamos a las Universidades Nacionales, a las cátedras, programas de formación en profesorados, a los sectores del Estado (municipal, provincial y nacional) a informarse a investigar a retrasar los convenios, a tomar una actitud crítica sobre estas “nuevas formas de despojo” en nuestros territorios y en defensa de la vida. 

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