“¿Cuánto más aguantaremos?”
Siguen presas las mujeres mapuche y la mesa de diálogo se posterga
Escribe Denali DeGraf
A más de siete meses del violento desalojo de la Lof Lafken Winkul Mapu a orillas del Lago Mascardi, hay cuatro mujeres mapuche que continúan presas con arresto domiciliario junto a sus hijos, y ni siquiera se vislumbra cómo puede terminar su detención. “¿Cuánto tiempo más pretenden que aguantemos?” pregunta Betiana Colhuán Nahuel, una de las presas y la única machi en Argentina.
El 3 de mayo la Asociación Gremial de Abogados y Abogadas presentó nuevamente un pedido de excarcelación, el cual fue rechazado al día siguiente, “en tiempo récord” según el comunicado de la Gremial. Cuenta Laura Taffetani, abogada integrante del equipo de defensa de la comunidad mapuche: “En este momento cumplen una prisión preventiva por un delito excarcelable. Si mañana fueran a juicio y resultaran condenadas, saldrían en libertad con prisión en suspenso, sin embargo sin condena alguna hoy permanecen presas. Y ya cumplieron más que el mínimo de la pena, que son tres meses. Es un escándalo.”
Vale recordar que cumplen esta detención en el marco de la causa por usurpación que se inició en el 2017 cuando la comunidad anunció la recuperación de un predio en el Parque Nacional Nahuel Huapi. En noviembre de ese año un primer operativo de desalojo terminó con el asesinato del joven Rafael Nahuel, y la causa sigue abierta desde entonces. Desde ese momento y durante cinco años nunca hubo orden alguna de detención ni prisión preventiva para estas cuatro mujeres.
Pero todo cambió el 4 de octubre de 2022. El operativo de ese día se originaba en el incendio de una casilla de gendarmería instalada en la zona, y supuestamente era para identificación de personas y recolección de evidencias. Terminó con la comunidad entera desalojada, unas quince casas demolidas, el predio ocupado por un Comando Unificado entre múltiples fuerzas, y siete mujeres presas (tres fueron liberadas después de unos días.) Pero quienes hoy cumplen prisión preventiva no figuran en esa causa nueva, sólo en la causa original por usurpación. Según Taffetani, “armaron la causa de la casilla para tener la excusa para desalojar porque no lo podían hacer dentro de la causa madre. Fue una causa completamente ilegal.”
Mientras esa causa madre se acercaba a la instancia de juicio, y en el contexto de la detención prolongada, fue que una delegación mapuche se reunió con el Presidente Alberto Fernández el 14 de diciembre del año pasado. La delegación ya no se limitaba a la Lof Lafken Winkul Mapu sino que participaron integrantes de varias comunidades de Neuquén, Río Negro y Chubut. Como Betiana Colhuán Nahuel es la única machi de este lado de los Andes, y su rewe el único a la vez, el asunto trasciende a una sola comunidad y compete al pueblo mapuche entero.
Con el Presidente se acordó abrir una Mesa de Diálogo coordinada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. La primera reunión sucedió en enero en Buenos Aires, la segunda fue el 10 de febrero en Bariloche. Días antes de esa última reunión, el poder judicial suspendió por noventa días el avance hacia el juicio en la causa por usurpación del predio, ya que cursaba una negociación política al respecto.
En esa reunión se trazaron los lineamientos de un acuerdo entre la delegación mapuche y el gobierno nacional. El rewe sería restituida para el uso de la machi, con tres casas en ese lugar (una para ella, una para sus ayudantes y una para sus pacientes.) El resto de la comunidad, no obstante, sería reubicada en un territorio en cercanías del Lago Guillelmo. Se fijó el día 24 de febrero para una próxima reunión, para firmar un acuerdo final. Para llegar a eso, faltaba determinar con Parques Nacionales la ubicación y extensión de ese nuevo territorio, y además hacer una visita para que la comunidad lo conozca. Sin embargo, no se concretó ni la visita ni la reunión.
Si se firmara un acuerdo así, caería la causa por usurpación por haberse llegado a un acuerdo político, y las presas saldrían libres. Pero no avanza. Según el comunicado de la Gremial, es un claro movimiento de pinzas: el Tribunal rechaza las excarcelaciones y estira la resolución de la causa indefinidamente. Y en consecuencia con eso, el Gobierno Nacional incumple los acuerdos de la mal llamada “Mesa de Diálogo”. En los últimos días de abril, la Secretaría de DDHH volvió a convocar a una reunión para el 9 de mayo en Buenos Aires. La delegación mapuche reclamó que antes de firmar un acuerdo, faltaba la visita al lugar donde se reubicaría la comunidad. “Pretenden firmar algo el 9 sin ningún tipo de garantías” dice la machi Betiana. “Por lo menos hay que conocer el territorio. Pero ellos hacen lo que quieren; si no hay presión social no se mueven. No les importa nada, sólo no quedar mal.”
El sábado 6, dos días después del rechazo a la excarcelación, el gobierno nacional suspendió la reunión convocada para el día 9. La frustración entre la delegación mapuche sigue escalando. Fabiana Nahuelquir, participante de la Mesa e integrante de la Comunidad Vuelta del Río (Chubut), analiza cómo se desarrolló la negociación: “Detrás de estas regulaciones, que el estado hace pasar por tiempos burocráticos, se esconde un poder que pretende no ser cuestionado. Sentarse a participar desde reglas de juego que impone, cambia y esconde otro no es participar. Si nuestra participación no es vinculante, no hay participación real… Resolver, desanudar situaciones requieren más definiciones que hacer un ‘como si’. Por el contrario, más de una vez apelaron a una lógica perversa que colocaba sobre las espaldas de las Comunidades el peso del destino de la Mesa mientras que, a la par, hicieron y deshicieron unilateralmente todos los pasos que dieron hasta la fecha. Lenta, medida y estudiadamente se fueron descartando nuestras alternativas, cerrando los caminos que proponíamos. Todo lo cual demuestra una vez más la incapacidad en la que se está de pensar una sociedad intercultural.”
Luciana Jaramillo, otra de las presas, señala contradicciones al notar que “este gobierno quiere ser ejemplo en derechos humanos al nivel mundial—referiéndose al reciente Foro por los Derechos Humanos realizado en Buenos Aires—pero nos tienen acá a nosotras presas con nuestros hijos por un delito excarcelable. No hay presos por usurpación en el país. Sólo nosotras.” Respecto a los niños, agrega que “los chicos siguen preguntando por sus cosas, creen que el día que volvamos van a estar su bici, su casa, sus cosas. Pero no quedó nada, vamos a tener que remontar todo; vamos a tener que volver a empezar.”
El hecho de que las cuatro presas sean madres no es menor, y hay nueve niños, tres todavía en etapa de lactancia, hoy afectados por la detención de sus madres. Explica Taffetani: “Cuando es posible otra medida que la prisión preventiva, más cuando hay niños por medio, hay que buscar otra medida. Se sabe que las penas trascienden a las familias de las personas, pero cuando todavía no hay condena, se supone que rige el principio de presunción de inocencia.” Pero los fundamentos del último rechazo al pedido de excarcelación no sólo omiten ese principio sino que insinúan la culpabilidad de las cuatro presas en otros hechos. “Entre 2017 y 2022, durante la permanencia de las personas que integraron las autodenominada “Lafken Winkul Mapu” en la zona de Villa Mascardi, se sucedieron más de 200 hechos delictivos entre incendios, robos, atentados con armas de fuego, etcétera.” El juez no especifica quiénes podrían ser los autores de dichos actos, y no existen causas judiciales relacionando a las cuatro presas con esos delitos, sin embargo el hecho de haber sucedido durante los cinco años en que las cuatro vivieron en la zona resulta ser materia para denegarles la excarcelación.
Parece que lo único que queda es persistir, en todos los planos. Para subsistir, las presas empezaron a fabricar ropa y adornos mapuche, para vender a través de un catálogo virtual. La Ruka Mapuche está llena de telas y mostacillas, y suena la máquina de coser constantemente. En lo legal, Taffetani asegura que desde el equipo de defensa van a seguir apelando el rechazo a la excarcelación, esta vez hasta la Cámara de Casación. “Lo vamos a hacer hasta la última instancia,” dice. A su vez, la comunidad convoca a una gran reunión para el fin de semana del 20 y 21 de mayo. “Se tienen que volver a generar acciones de repudio” dice la machi Betiana. “Ojalá que la gente venga con propuestas para concretar.” Su madre, María Nahuel, afirma “si hay algo de lo que soy orgullosa es de mi gente, de mis hijos, mis nueras, mis nietos. Ojalá algún día no tengan que pelear.”
*Foto de portada Denali DeGraf