Lof Kaxipayiñ cierra sus tranqueras frente al avance del fracking en Mari Menuco

El 8 de octubre, la comunidad mapuche Kaxipayiñ decidió cerrar sus tranqueras para impedir el ingreso de maquinaria petrolera al territorio ancestral. La medida, comunicada por la Confederación Mapuche de Neuquén, responde al inicio de perforaciones por parte de YPF en cercanías del lago Mari Menuco, amparadas por un decreto del gobernador Rolando Figueroa. Aunque las perforaciones se realizan fuera de los límites del territorio comunitario, la empresa, sin el consentimiento de la comunidad, utilizaba caminos internos del Lof para cruzar el istmo que separa los lagos Mari Menuco y Los Barreales.

La comunidad denuncia que esta maniobra vulnera su autonomía territorial y se realiza sin haber cumplido con la consulta libre, previa e informada que exige la legislación nacional e internacional. “Nosotros no queremos más manoseos y exigimos que se cumpla con la ley”, expresaron en el comunicado, advirtiendo sobre las graves consecuencias que el fracking puede generar en la salud de la población y en el ecosistema acuático.

La respuesta estatal no tardó en llegar. En la misma mañana, una imagen difundida por la Confederación muestra a un gendarme frente a un integrante mapuche en la zona del conflicto. “La petrolera denuncia y el aparato represor reacciona de inmediato. Los mapuche denunciamos, y las denuncias son archivadas. Qué farsa es la democracia que vivimos en Neuquén”, señalaron.

Para comprender el trasfondo de esta acción, desde infoterritorial, entrevistamos a Gabriel Cherqui, werken del Consejo Zonal Xawvnko de la Confederación Mapuche de Neuquén y miembro del Lof Kaxipayiñ. Su testimonio reconstruye décadas de lucha y contaminación en el territorio comunitario, desde la instalación del yacimiento convencional Loma de la Lata en los años 70 hasta el actual avance del fracking.

“El yacimiento convencional ingresó en aquellos tiempos sin consulta, avasallando a todo el mundo. Fue uno de los más importantes de Argentina y de Sudamérica en potencial de gas. Durante más de 50 años estuvieron desarrollando esas actividades, envenenando y contaminando la tierra, empobreciendo día a día nuestro territorio”, relata Cherqui. La actividad petrolera desplazó la fauna, impidió el desarrollo ganadero y agrícola, y contaminó las napas freáticas, según lo constató la justicia federal en 1987. “Ya no hay peces en los ríos, ya no hay flora en la zona”, agrega.

La comunidad llevó sus denuncias hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde logró que se condenara a la provincia y a YPF, obligándolas a entregar agua apta para el consumo humano. Sin embargo, el pasivo ambiental nunca fue saneado. “YPF fue abandonando este territorio, lo va dejando al azar y dejando que algún seguro se haga cargo del pasivo ambiental que nunca fue saneado y siempre fue reclamado”, afirma el werken.

Hoy, el conflicto se reactiva con la entrega de nuevas áreas no convencionales a YPF, en una zona que la empresa denomina “la cocina de Vaca Muerta”. Para Cherqui, esto representa una nueva violación al derecho indígena: “Entendemos que tienen que hacer la consulta previa, libre e informada. Tienen que realizarla, porque las leyes se han hecho para cumplirlas”.

La comunidad no sólo denuncia el avance extractivo, sino también el discurso oficial que lo respalda. “El señor Horacio Marín, presidente de YPF, se ha jactado diciendo que el proyecto de él se denomina 4×4 y que al que se le cruza por delante lo va a pasar por encima. Yo creo que se olvida que Neuquén es una realidad viva, que los pueblos originarios de la Patagonia y de la Argentina somos una realidad viva”, sostiene Cherqui.

El cierre de tranqueras, entonces, es una acción defensiva y una afirmación de soberanía territorial, de protección del agua y de exigencia de respeto a los derechos colectivos. “No vamos a dejar que perforen dentro de los lagos, al menos dentro de nuestro territorio. No lo vamos a dejar ni nosotros ni la sociedad neuquina, que es la que toma el agua de estos lagos”, advierte el werken.

La defensa del lago Mari Menuco trasciende el conflicto mapuche. “Ya no es un tema con los mapuches, es un tema con la sociedad de la capital neuquina y de Río Negro también, porque el lago abastece el río Neuquén y el río Neuquén se junta con el río Negro. Eso hace que la cuestión ya sea federal”, concluye Cherqui.

La comunidad Kaxipayiñ ha cerrado la puerta de su casa, como dice su werken, para resguardar el agua que es de todos. La amenaza del extractivismo se extiende más allá del territorio comunitario. El lago Mari Menuco es fuente de agua potable para más de 500.000 personas en Neuquén, Plottier, Centenario, Cutral Co y Plaza Huincul. YPF está realizando perforaciones y fractura hidráulica (fracking) a menos de 50 metros del lago, lo que podría contaminar irreversiblemente el agua. El gobierno provincial autorizó por decreto 276/2025 la instalación de entre 400 y 700 pozos de fracking en la zona, sin el consentimiento de la comunidad mapuche Kaxipayiñ. Para alimentar el proceso extractivo, se transporta agua dulce del lago hacia las torres de perforación mediante enormes mangueras, en un circuito que pone en riesgo el equilibrio hídrico de toda la región. 

📷 Confederación Mapuche de Neuquén



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