Presentan proyecto para declarar “intangible” el Valle del Río Puelo en Chubut

En la localidad de Lago Puelo, provincia de Chubut, vecinos autoconvocados junto a integrantes de las comunidades mapuche Cayún y Domingo Cayún Panicheo presentaron una solicitud formal ante el Concejo Deliberante para que se declare de interés municipal la práctica tradicional de cruce por el Valle del Río Puelo. La iniciativa, impulsada por la Asamblea en Defensa de los Caminos Ancestrales (ADCA), propone reconocer esta actividad como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la región. El proyecto ingresó por mesa de entradas el 29 de octubre de 2025, acompañado por más de 150 firmas de habitantes de Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén.

La propuesta busca proteger una práctica ancestral que sostiene vínculos históricos, culturales y territoriales entre comunidades del Ngulumapu y Puelmapu, territorios que actualmente corresponden a Chile y Argentina.

Quienes impulsan el proyecto afirman que cuidar este camino implica resguardar un patrimonio cultural, histórico y ambiental. “Reconocer esta práctica como parte viva de nuestra cultura ancestral es cuidar cada historia que lo atraviesa”, expresaron en el documento. “No buscamos solamente conservarlo, queremos compartir su valor, invitar a quien llega a mirar con respeto, a escuchar con atención”. Los concejales que recibieron el documento, se comprometieron a evaluar la propuesta en próximas sesiones.

A ambos lados de la cordillera, sin consulta a las comunidades

La iniciativa vecinal y comunitaria en Lago Puelo busca resguardar la diversidad ecológica y cultural de la zona cordillerana, frente al avance del trazado vial conocido como “ruta hacia Paso El Bolsón”, que se proyecta desde el lado chileno y tendría continuidad del lado argentino.

En comunicación con Infoterritorial, Clara, integrante de la comunidad mapuche Domingo Cayun Panicheo, denunció el avance unilateral de las obras del Paso El Bolsón por parte del Estado chileno, sin consulta previa, libre e informada, ni estudio de impacto ambiental. La obra, que se encuentra muy avanzada -en la etapa 10 de 11-, atraviesa una zona reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biósfera y hábitat de especies en peligro de extinción como el huemul, el pudú y la ranita de Darwin, entre otras.

“La intervención sobre el río Barrancas, que nosotros llamamos Leufu Lawen —río medicina en mapudungun—, afecta directamente nuestro rewe, nuestro punto de conexión espiritual con el territorio”, afirma Clara, y advierte que la obra destruye una gran diversidad de plantas medicinales que crecen en sus márgenes y que son de profundo valor para la comunidad.

El avance del proyecto vulnera derechos fundamentales. El Convenio 169 de la OIT, ratificado por Argentina y Chile, establece la obligación de consultar a los Pueblos Indígenas ante cualquier medida que los afecte directamente, incluyendo proyectos de infraestructura. El Acuerdo de Escazú, al que tambien ambos Estados adhieren, refuerza este principio al garantizar el acceso a la información ambiental y la participación pública en decisiones que puedan tener impacto ecológico o social. Sin embargo, las comunidades mapuche denuncian que no se ha realizado consulta previa, libre e informada, ni se han difundido estudios de impacto ambiental que evalúen las consecuencias del trazado sobre el Valle del Río Puelo, reconocido como Reserva de la Biósfera por la UNESCO.

Desde hace más de cuatro años, mediante la presentación de múltiples denuncias, la comunidad Cayun Panicheo judicializa el avance de las obras. Aunque logró paralizar el proyecto durante tres años, las intervenciones continuaron. Actualmente, el caso se encuentra en la Corte Suprema de Chile, sin resolución. Mientras tanto, las máquinas siguen abriendo camino por el cauce del río, dinamitando la montaña y alterando los equilibrios ecológicos del valle.

A principios de octubre de este año, la comunidad presentó una denuncia ante la Superintendencia de Medio Ambiente, al considerar que “no se están cumpliendo con los estándares medioambientales”, lo que también configura delito ambiental. “Todavía no hemos recibido respuesta ante esta nueva instancia de judicialización”, remarca Clara.

Clara señala que del lado argentino no existe información oficial sobre el proyecto. Las autoridades locales niegan su existencia, aunque reconocen la licitación de una rampa para barcazas en el Parque Nacional Lago Puelo. La comunidad advierte que esta falta de transparencia vulnera el derecho al acceso a la información ambiental y pone en riesgo los territorios de la comunidad mapuche Cayun, ubicada en Argentina, que comparte raíz familiar y vínculos históricos con la comunidad Cayun Panicheo en Chile.

Las comunidades mapuche Cayun (ubicada en Argentina) y Cayun Panicheo (ubicada en Chile) sostienen vínculos familiares, culturales y espirituales que trascienden las fronteras estatales. El tránsito por el Valle del Río Puelo, que conecta ambas vertientes de la cordillera, forma parte de una práctica ancestral que nunca fue interrumpida por límites administrativos ni obstáculos geográficos.

“Somos de la misma raíz familiar”, afirma Clara. “Mi abuelito que ya falleció era primo hermano con el lonco de la comunidad Cayun de Lago Puelo. Mi mamá nació de este lado del Gulumapu, pero después fue a hacer su vida a Lago Puelo y ahí formó su familia. Toda mi familia por parte de mi mamá está en Chile y toda la familia de parte de mi papá está en Argentina”.

La dinámica de cruce entre ambos territorios se sostiene desde hace generaciones como parte de una forma de vida que reconoce el territorio como espacio compartido, habitado y cuidado. “Nunca hubo un tema con ir y venir, con el cruzar, porque el paso siempre existió. Nunca fue un impedimento de movilizarnos por el territorio y siempre hubo una dinámica bien fluida”, señala la vocera.

Este tipo de testimonios refuerza el carácter cultural y espiritual del cruce por el valle, y se vincula con el derecho de los Pueblos Indígenas a conservar sus prácticas tradicionales, tal como lo establece el Convenio 169 de la OIT. La continuidad del tránsito, el vínculo familiar binacional y la relación con el entorno natural son elementos centrales en la defensa del reconocimiento institucional de esta práctica como patrimonio cultural inmaterial.

Ruta del saqueo

Clara denuncia que el avance de obras en el Paso Internacional responde a intereses empresariales que buscan consolidar un corredor bioceánico entre Argentina y Chile. Según explica, el trazado por el Valle del Río Puelo no fue elegido al azar: “Este paso les interesa muchísimo porque es el paso más bajo de Cordillera, justo el paso Puelo es el más bajo, que está más sobre la altura del nivel del mar, a menos de 200 metros sobre el nivel del mar. Por eso es que les interesa tanto abrir este camino”.

La comunidad sostiene que el proyecto, lejos de ser una iniciativa de integración territorial, se inscribe en una lógica de saqueo y expansión extractiva. “Esto no es nada nuevo, ya es algo que se viene intentando desde los años 90. Quieren vincular así los puertos desde Puerto Madryn hasta Puerto Montt y por eso mismo les interesa tanto este paso”, afirma Clara. La obra permitiría conectar el Atlántico y el Pacífico a través de un corredor logístico que atraviesa territorios indígenas, áreas protegidas y ecosistemas de alto valor biológico.

Desde la comunidad advierten que el trasfondo del proyecto excede los discursos oficiales. “Nosotros lo visualizamos así porque sabemos que el trasfondo es mucho más grande de lo que te van a decir siempre. El trasfondo es saqueo y extractivismo, y todas estas cosas que las empresas siempre quisieron. Si no han podido hasta el momento es porque siempre ha habido resistencia, pero es todo parte de lo mismo: el saqueo a los territorios”, sostiene Clara.

La resistencia comunitaria se articula con asambleas territoriales y organizaciones ambientales que alertan sobre el avance de un modelo de supuesto desarrollo que pone en riesgo la biodiversidad, la soberanía territorial y los derechos de los Pueblos Originarios. El Paso Puelo (del lado argentino) y Paso El Bolsón (del lado chileno), lejos de ser una vía de integración y progreso, forman parte de un proyecto colonial que se traduce en la destrucción y el saqueo de los bienes naturales comunes y los territorios.



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