Amenaza de desalojo a Comunidad Indígena Pukara

La Comunidad Indígena Pukara, perteneciente al Pueblo Fiscara, vuelve a enfrentar una amenaza de desalojo. Con personería jurídica reconocida, la comunidad denuncia maniobras legales basadas en escrituras prescriptas, amiguismos políticos y la derogación de la emergencia territorial indígena. En un comunicado público, reivindicaron su preexistencia como Pueblos Originarios, amparada por la Constitución Nacional y tratados internacionales, y exigieron que la justicia reconozca su legítimo derecho a permanecer en el territorio que han habitado, trabajado y defendido por generaciones.

COMUNICADO OFICIAL COMUNIDAD INDÍGENA PUKARA

Nuestro hogar, nuevamente bajo amenaza de desalojo por intereses privados y complicidades judiciales Somos la Comunidad Indígena Pukará. Desde generaciones habitamos este territorio, donde crecieron nuestras familias, nacieron nuestros hijos y nietos.

Este lugar no es sólo un espacio físico: es nuestra historia, nuestra vida y nuestro hogar ancestral. Por eso decimos con claridad: no se trata de contar años ni de discutir posesiones. Aquí lo que rige es la preexistencia.

Las comunidades originarias existimos antes del Estado mismo, y eso está reconocido en la Constitución Nacional, artículo 75, inciso 17, que garantiza la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, el respeto a su identidad, la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan.

El inciso 22 otorga además jerarquía constitucional a los tratados internacionales, entre ellos el Convenio 169 de la OIT, que protege el derecho de las comunidades a sus territorios y a no ser desalojadas sin consulta previa.

UNA CAUSA VICIADA DE IRREGULARIDADES

Hace años sufrimos un intento de desalojo ilegal, cuando fuerzas de seguridad irrumpieron en una vivienda mientras había niños adentro. Ese hecho dejó una herida profunda en nuestra comunidad. Hoy la amenaza vuelve.

En su momento la jueza Rondón rechazó pruebas claras que demuestran nuestra permanencia en este territorio y desconoció a nuestra comunidad como sujeto de derecho. Detrás de este proceso está el abogado Dr. Gustavo Fiad, quien pretende sostener un reclamo territorial basado en una escritura de 1911, vaga, prescripta y sin ubicación exacta

 Y si a esto le sumamos que los que iniciaron la prescripción trabajaban en inmueble lo que le facilitaban tener acceso a documentación privilegiada. Hoy está gente ya ha fallecido, pero este Dr. Fiad aún continúa con el proceso, ¿Por qué?

Ese instrumento caducado fue acompañado por maniobras de amiguismo, acomodos y poder político, con las que Fiad utiliza el término “PRONTO DESPACHO”, no para defender la verdad ni la justicia, sino para obtener un resultado a medida de intereses privados. ¿Cómo puede ser posible que alguien haya ingresado de la noche a la mañana con un plano de prescripción VENCIDA y aun así haya conseguido este desalojo? Eso demuestra que la impunidad y los contactos pueden más que siglos de vida, trabajo y memoria comunitaria.

Recordamos además que todo este espacio es fiscal. No se discute propiedad privada, sino la manipulación de un bien común en beneficio de unos pocos. La derogación de la Ley 26.160 nos ha dejado en extrema vulnerabilidad, pero eso no borra la verdad: nuestras tierras son comunitarias, ancestrales y legítimas.

UN PEDIDO A LA JUSTICIA ACTUAL

Hoy la causa está en manos de otro juez. Apelamos a que se revea la situación, se planteen pautas claras y se reconozca a la comunidad como parte legítima y por sobre todo como fue transcurriendo todo el proceso y trazabilidad. Eso daría claridad, transparencia y permitiría volver a creer en una justicia que hoy aparece viciada por complicidades.

¿QUÉ ES SER COMUNIDAD?

Ser comunidad es trabajar juntos, sin esperar nada a cambio. Es respetar culturas y creencias, convivir como hermanos. En Tilcara, ser comunidad es hacer la Pachamama, vivir el carnaval, celebrar encuentros, criar cabras, hacer las señaladas, marcadas y cantar coplas que hablan de la vida. La Comunidad Pukara existe desde siempre. Tiene reconocimiento provincial y nacional. No es invento ni ficción: es historia y vida compartida.

COMUNIDAD EN PAPELES Y EN LA VIDA

Para resguardar nuestro territorio, presentamos nuestra historia verídica: quiénes somos, quiénes fueron nuestros abuelos, qué raíces nos sostienen.

El Estado nos dio un número, un papel. Lo aceptamos, porque es lo que se exige para que se nos escuchen. Pero la verdad es que Tilcara siempre fue una comunidad. Esto no es un negocio inmobiliario. Es tener un lugar donde vivir, trabajar y subsistir, como lo hizo y sigue haciendo Don Montoya con sus hijas.

Su Señora Aurora Quispe ya ocupaba este espacio y cuando Don Montoya llegó a este lugar, no encontró un terreno listo para usar. Era un pedregal. Y juntos con sus manos lo fueron limpiando, abriendo surcos, preparando la tierra y hoy es lo que es, un espacio cultivable, y tentador para muchos que lo ven como un negociado inmobiliario.

Un ejemplo claro de posesión es que ambos plantaron más de 70 nogales que hoy, después de más de cincuenta años, son árboles gigantescos que dan fruto. Cada cosecha es testimonio de que aquí no hubo nunca improvisación ni aprovechamiento, sino décadas de trabajo digno y sostenido.

MIRAR MÁS ALLÁ

No nos oponemos a proyectos habitacionales. Al contrario: si hay leyes claras y justas, no tenemos problemas en acompañar, incluso con convenios, para que se construyan viviendas para quienes realmente lo necesitan.

Tilcara se quedó sin espacios. Los jóvenes crecen, forman familia, y si no tienen dónde vivir, se van. Queremos que se queden, que tengan futuro aquí, en su pueblo, con sus amigos. Nuestra mirada no es de cortar caminos, sino de abrirlos con justicia y comunidad.

No somos comunidad desde hoy, lo somos desde siempre. La diferencia es que, para resguardar lo nuestro, tuvimos que conseguir papeles. Si no lo hacíamos, otros hubieran entregado estos territorios a proyectos faraónicos o negociados inmobiliarios.

El problema de fondo es que la política tradicional usa la tierra como moneda de cambio electoral. Eso no debe ser así. Creemos que tiene que existir otra política: basada en dignidad, libertad y comunidad.

Queremos dejar algo muy claro: en el peor de los escenarios, si estas tierras se llegaran a disponer, deben ser para los TILCAREÑOS y TILCAREÑAS, para quienes viven, trabajan y crían a sus familias aquí. No para los poderosos, ni para los que tienen dinero e intenciones ajenas a nuestra comunidad. 

NO SE TRATA DE PERDER UN ESPACIO, SINO DE GANAR HISTORIA, DIGNIDAD Y FUTURO.

✍🏾 Comunidad indígena Pukara Personería Jurídica Provincial Resolución: 0042-SPI-2016

📷 Roxana Sposaro



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