“Mapuche Mollfün: la sangre tira”, la primera obra de teatro con elenco mapuche, se estrena en Esquel

El 14 y 15 de junio, a las 20 hs, el Auditorio Municipal de Esquel abrazará el estreno de la primera obra de teatro protagonizada íntegramente por un elenco mapuche. Dirigida por la reconocida actriz y cantora Soraya Maicoño, la propuesta surge de un intenso proceso colectivo que reivindica la identidad y la memoria del pueblo mapuche, entrelazando sus vivencias históricas y actuales en un renovado diálogo sobre territorio, cultura y resistencia.

Soraya Maicoño, quien con más de 25 años de trayectoria lidera el grupo de teatro mapuche Nampülkafe. Este proyecto colectivo –en contraste con los frecuentes monólogos de teatro mapuche– apuesta por el rescate y la proyección de la identidad y las historias del pueblo mapuche, trascendiendo Esquel para conectar con todo el Puel Mapu (Territorio Mapuche del Este).

La génesis de este ambicioso proyecto se remonta al 2024, cuando, en el marco de las en las II Jornadas Trafkintu Kimün (intercambio de saberes) organizadas por el CELLPA – Centro de Estudios de Lenguas y Literaturas Patagónicas y Andinas, y convocada por Melisa Stocco, Soraya impartió un taller sobre “Amelkan” (teatro mapuche). “Hablábamos de la relación del teatro mapuche con nuestros tiempos, ritmos y maneras de narrar historias”, explica Maicoño, resaltando que se trata de un teatro que dialoga directamente con el territorio y las vivencias del pueblo mapuche en ámbitos como lo político, lo territorial, lo espiritual y lo cosmogónico.  

El grupo emergió a partir de ese taller y, tras retomar el camino luego de un invierno riguroso, se consolidó con casi 20 integrantes. Hoy, 16 personas –en su mayoría mujeres sin experiencia previa en teatro– suben a escena para reconectar con su identidad, su linaje y las resistencias históricas que atraviesan. “A través de la puesta en escena y el relato de historias propias, nos cuestionamos por qué a veces nos cuesta tanto decir que somos mapuche, a pesar de tener los rasgos, apellidos y lazos familiares que nos definen”, señala la directora.

© Melisa Stocco

Durante diez meses de trabajo intensivo, el grupo se reunió de manera constante, encontrándose un domingo por mes a las 9 de la mañana en el Teatro del Jardín Laboratorio de Esquel. En esos encuentros se construyeron relatos compartidos. “Fue un trabajo de mucho acompañamiento, donde hubo que contener muchas historias y momentos difíciles que fueron surgiendo, como quien va sacando capas de cebolla y, finalmente, encuentra lo más doloroso. Sin embargo, también fue un proceso de limpieza y sanación colectiva.”, expresa Soraya.

Pero la obra también se construye en diálogo con la historia y el presente político. Maicoño destaca la conexión entre hechos históricos, como el “Desalojo de Nahuelpan” en 1937 y la “Conquista del Desierto”, y la realidad actual. “Es imposible desvincular estos episodios del contexto político contemporáneo, ya que el teatro nos ayuda a canalizar y expresar las emociones y vivencias que nos tocan de cerca”, afirma. La puesta en escena aborda temas tan diversos como el vínculo con la tierra, la espiritualidad, la justicia, las historias de abuelas –tanto aquellas que permanecen en el territorio como las que han tenido que buscar oportunidades en la ciudad– y, en general, lo que significa reclamar la identidad mapuche con orgullo.

El proyecto también ha contado con el respaldo del Instituto Nacional de Teatro, que en el marco de un programa de impacto comunitario facilitó recursos para cubrir honorarios simbólicos, alquileres de sala de ensayo, viajes y elementos de escenografía. “El apoyo del Instituto ha sido fundamental, especialmente en un contexto en el que se ha intentado derogar la Ley de Teatro, una norma crucial que no solo protege a los actores y técnicos, sino también al público”, comenta Soraya, quien se inscribió en el Instituto hace apenas tres años y ha podido, gracias a ello, acercar el teatro a comunidades que anteriormente resultaban inaccesibles a pesar de su esfuerzo personal.

Soraya Maicoño invita al público a sumergirse en esta experiencia única, que no solo busca entretener, sino también generar reflexión, empoderamiento y el fortalecimiento de la identidad. “Además de haber sido un proceso creativo muy interesante y potente, en el que finalmente surgieron actrices realmente natas, lo más importante para mí es que se generó un fortalecimiento de nuestra identidad, algo sumamente necesario. Nos permitió habitar el territorio de otra manera, pararnos desde un lugar diferente y, sobre todo, saber qué responder cuando nos preguntan si somos mapuche, reivindica. 

Con este estreno, se afianza la construcción intercultural demostrando cómo el arte y el compromiso político pueden vincularse para amplificar los relatos de un pueblo y abrir caminos hacia las diversas formas de habitar el territorio.

“Nos encantaría poder realizar una gira. Quien se siente a ver la obra y se reconozca como mapuche, en lo más íntimo, probablemente se haga muchas preguntas al salir de la función. Incluso, quizás, encuentre la fortaleza para empezar a trabajar en su propia identidad. Por eso, sería fundamental poder salir como grupalidad de teatro mapuche.”, finaliza Soraya expresando su voluntad de llevar la obra a otras localidades. 

📷 Darío Castro -Melisa Stocco



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