Acuerdo entre comunidad mapuche y un productor en Neuquén

La comunidad mapuche Fvta Xayen y el productor Alejandro Zubak, ubicados en la zona de Tratayen en la provincia de Neuquén, han alcanzado un acuerdo histórico para compartir el uso de tierras destinadas a la producción de forraje, un recurso fundamental para garantizar la continuidad de la cría de ganado. El convenio firmado establece que se utilizarán 30 hectáreas con riego para la producción conjunta de forraje. De este total, 20 hectáreas estarán bajo la gestión del productor privado, mientras que las restantes 10 hectáreas serán utilizadas por las familias de la comunidad originaria mapuche.

Jorge Nawel, werken de la Confederación Mapuche de Neuquén, en comunicación con infoterritorial contextualizó la situación en la zona de Vaca Muerta, donde actualmente, se observan dos escenarios de conflicto. Por un lado, con las operadoras petroleras debido a concesiones otorgadas por el Estado sin cumplimiento de la ley de Consulta Previa, Libre e Informada. Por otro lado, se registran tensiones con privados que llegaron a la región, especialmente en la década del 70 durante la última dictadura cívico-militar. “Una época que le quita mucha legitimidad a todos los papeles que ellos muestran”, señaló Nawel.

Las disputas surgen sobre la legitimidad de los títulos de propiedad, además de que en paralelo a la adjudicación de estas tierras, los pobladores y comunidades originarias que tenían de hecho la posesión tradicional eran corridos y expulsados. 

Muchos de estos nuevos propietarios invirtieron en campos de pastoreo y chacras, utilizando el agua del río Neuquén, lo que ha provocado problemas de límites y una vecindad traumática. La situación se agravó con la aparición de la explotación petrolera Vaca Muerta, exacerbando los intereses y llevando a intentos de expulsión de las familias que históricamente habitaban la zona.

En este sentido, el vocero de la Confederación Mapuche expresó que “las confrontaciones de vecindad son útiles al poder político, que busca el enfrentamiento entre privados y las comunidades, para justificar luego la criminalización y descalificación de la causa mapuche.”

Muchas de estas familias, en su mayoría mapuche, no cuentan con títulos de propiedad formalizados, lo que ha sido utilizado como argumento para los pedidos de desalojo. “Eso es una cuestión lógica, porque nunca se ha querido normalizar la situación de las familias criollas, crianceras campesinas, que la mayoría son mapuche”, señaló Nawel. Ante el avance violento del fracking, estas comunidades se reorganizaron y reafirmaron su identidad como parte del Pueblo Nación Mapuche.

“Es una situación muy conflictiva y traumática estar permanentemente lidiando contra ese conjunto de familias. Alejandro Zubac, a diferencia de otros, comenzó a acercarse y a buscar una manera de acordar con la comunidad.”

En medio de este conflicto, Alejandro Zubac buscó un acuerdo con la comunidad en lugar de continuar con la confrontación. Nawel menciona que Zubac, por su condición de abogado, conocía los largos plazos jurídicos y la dilación de los relevamientos territoriales. “Vamos a pasar una década o dos en permanente disputa y vamos a perder todo ese tiempo”, fue la conclusión en común entre Zubac y la comunidad. “Podríamos decir que él fue el que invitó y la comunidad aceptó porque también entendió la misma lógica”, expresó Nawel.

Se llegó a una tregua para utilizar la tierra de manera compartida mientras se resuelve la cuestión de fondo a través del relevamiento territorial indicado por la ley 26.160

“Nosotros reconocemos la propiedad y el papel que le otorgaron a Zubac en la década del 70 y él reconoce que la comunidad ejerce la posesión tradicional sobre el lugar.”

Homologado por la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Gobierno de Neuquén, el acuerdo reconoce tanto la propiedad de Zubac como la posesión tradicional de la comunidad. Este convenio representa un paso hacia la coexistencia pacífica y el reconocimiento de los derechos indígenas en un contexto donde el territorio y los bienes comunes son codiciados por los intereses extractivistas. Las partes involucradas han optado por la vía del diálogo y la colaboración, buscando soluciones que beneficien tanto a una producción equilibrada como al respeto de la identidad del Pueblo Mapuche.



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